-¿Le echas de menos, verdad?
-¿Qué has dicho?
-Te e preguntado que si le echas de menos.
-¿Qué pregunta es esa? No hay ningún día que no pase su sonrisa por mi mente y ninguna noche que no me derrumbe al imaginármelo en la cama de otra. No hay un minuto en el que no me acuerde de sus ojos y me ciegue al pensar que estarán embrujando a otra y no hay un solo segundo que no recuerde cada beso, cada uno de sus dulces besos, de los ansiosos, de los lentos, de los de amor. Y ahora vuelve a pronunciar esa ridícula pregunta, ¿Tu que crees?
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