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jueves, 11 de febrero de 2010

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El ya lo sabia todo e intentaba cuidar de ella. Elia se hacia la fuerte y le rechazaba, llevaba dias intentando evitarle, ignorando sus llamadas, llorando a escondidas y emborrachandose hasta perder el control.

-Tia, tú estás flipada en serio
-Tranquilito monín, ¡que estoy de cine!
-¡Pero si vas hasta el culo Elia! No puedes ir a casa así, es Miércoles joder...
-¿Sabes qué te digo?
-Sorpréndeme
-Pienso ir a casa de mi padre. Pienso llegar así. Y pienso gritarle lo repugnante que es.
-¿De verdad?
-No.
La pequeña perdió el equilibrio y calló al suelo estrepitósamente.
-¡Elia!
Se quedó de rodillas y sin previo aviso, rompió a llorar. Se aseguró de llevar la chaqueta bien puesta, tapandole cada parte de su torso y notó los brazos de su acompañante rodeandola con fuerza.
-¿Es ya el momento de que pare?
-Es desde hace mucho pequeña...

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