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martes, 29 de junio de 2010

Todos son iguales.

-¿Cuánto tiempo pretendias ocultarlo? ¿En serio creías qu enunca lo descubriría?
-Fue un error -susurró.
-Si, un puto error que me ha destrozado entera.

Estaba perdiendo los nervios, la razón y las lágrimas. Su carita parecía una carretera por donde las lágrimas hacían carreras para ver cual hacía más daño.

-Lo siento..
-¡No, joder! No lo sientes -respiró hondo- te di la oportunidad de contármelo, ¿Por qué no lo contaste y me mentiste?
-Pense.. yo..
-En ti, no pensaste en mi, ni en lo nuestro y todo por esa niñata que no me llega ni a los talones joder -Hizo una pausa y su voz se relajo- Siempre me decías que me querías más que yo a ti, que yo lo era todo, que lo harías todo por mi felicidad y no es así. He pasado muchas noches llorando a escondidas y muchas otras sonriendo por amor, un amor falso que me has clavado como una estaca y que ahora no es nada
-Escuchame.. -la intentó abrazar pero ella le aparto.
-No, suelta ¿sabes qué? Vete con ella y cuando te haga daño, te cordarás de mi pero yo ya no estaré, te juro que no estaré más para ti..

Y se fue así, llena de lágrimas, llena de odio, llena de nada. Y le dejo ahí plantado. Y sabía que para el no sería nada dentro de unos días. Y sabía que tardaría mucho en olvidarle. Y sabía que no podía odiarle ni un poquito porque cada cachito de su corazón latía por él. Y se odió a si misma, otra vez.
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